Martha Barrera Bustillos, médica cirujana y especialista en medicina deportiva de la Escuela de Nutrición de la Universidad Anáhuac Mayab, presentó en el marco del XI Congreso Internacional de Promoción al Consumo de Frutas y Verduras una selección de estudios recientes en torno al uso de estos alimentos como herramientas para prevenir la aparición de distintos tipos de cáncer.
El Diario Oficial de la Secretaría de Salud informa que el consumo de frutas y verduras en México es de 235 gramos en promedio, es decir, 58.75 por ciento respecto a los 400 gramos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), equivalente a cinco raciones de estos alimentos.
La misma fuente señala que 30 por ciento de las muertes por cáncer es por factores conductuales y dietéticos: índice de masa corporal elevado, ingesta reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, consumo de tabaco y consumo de alcohol. Ante esto, el consumo suficiente de frutas y verduras se presenta como una opción que puede salvar 1.7 millones de vidas al año.
“Cerca de 30 por ciento de cáncer proviene de conductas sociales y alimentación inadecuada y se ha comprobado que el consumo de estos alimentos es un condicionante no solo para determinados tipos de cáncer, sino para distintos estados de avance del padecimiento”, señaló Barrera Bustillos.
Un ejemplo al respecto es el consumo de cítricos, que son una fuente de antioxidantes que pueden ser utilizados para la prevención, pero no son recomendados en la fase de quimioterapia. Lo mismo ocurre con la fibra que está relacionada con la prevención de cáncer de estómago y de colón, pero no resulta adecuada durante el tratamiento con quimioterapia o radioterapia.
De manera directa, la influencia de la integración de frutas y verduras en el padecimiento puede ser a través de minerales, vitaminas y fitoquímicos que demuestran efectos anticancerígenos ya que se complementan para protección integral. De forma indirecta, al ser bajos en energía ayudan a controlar el peso corporal y evitar el exceso que incrementa el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.
Alimentos recomendados
La fibra acelera el tránsito gastrointestinal haciendo menor el tiempo de contacto de algunos metabolitos con mucosa intestinal. Asimismo, la mayor parte de vitaminas y minerales actúa como protección.
Los tomates tienen compuesto activo licopeno y tomatina, alta capacidad antioxidante que reduce la incidencia de patologías cancerosas en próstata, tracto digestivo y colorrectal; también evita que procesos de degeneración celular deriven en cáncer.
La manzana contiene fibra, vitamina C, antioxidantes, fitoquímicos, flavonoides, quercetina, catequina, antocianinas y triterpenoides.
El brócoli y la coliflor contienen vitaminas C y K, manganeso y folatos, además de sulforafano y los isotiocianatos que activan enzimas que combaten a agentes promotores y cancerígenos iniciadores. Estos componentes pueden detener la proliferación celular en etapas iniciales del cáncer de próstata, colon, mama, hígado, vejiga, huesos, páncreas, piel o leucemia.
El ajo y la cebolla contienen compuestos sulfurados que activan una serie de enzimas capaces de neutralizar agentes cancerígenos. La calabaza actúa como protector contra el cáncer de estómago, ya que contiene vitaminas A y C antioxidante, además de que es una fuente de fibra soluble.
Las recomendaciones para mantener el peso ideal son muy conocidas: actividad física, evitar bebidas azucaradas, limitar consumo de alimentos altos en azúcares, limitar consumo de carnes rojas, evitar el consumo de alcohol y tabaco, así como las comidas saladas o procesadas con sal. Además de esto, la nutrióloga sugiere también seguir de cerca los datos científicos en torno a la alimentación, así como fomentar la investigación sobre la dieta y la actividad física.
“Hay muchas frutas y verduras que no estamos acostumbrados a comer, no porque no se produzcan sino porque nuestra cultura no está dirigida al consumo de estos alimentos, pero podemos seguir las guías alimenticias que sugieren un consumo de cinco piezas diarias, para lo cual es importante enseñar y educar a los padres para que sus hijos desde temprana época puedan aprender a paladear la fruta y la verdura”, sugirió la especialista.